Wiki Mi Pequeño Pony: Fan Labor
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Ojos Naranjos
Season 1 finale cover
Pertenece a: Trapezium
Clasificacion 13+
Género Acción, Gore
Estado En progreso
Ambientada en Vías Férreas de Equestria
Cronología
Camino ineludible Ojos Naranjos Libertad de Prisión

"Ojos Naranjos" es el capítulo veinte de la serie "Digression", y es el último de la primera temporada (tomo uno) de la serie.

Burning Fury junto al resto de sus compañeros lucha con desesperación infernal por cumplir con lo que una "traicionera" de los grisáceos grito hacia ellos antes de morir, no obstante, el desmesurado pavor hacia dejarse dominar por en lo que Burning paradójicamente se ha ido sumergiendo forzosamente a sí misma, y de lo cual también ha estado abusando sin percibirlo... oscuridad...

Relato

-¡Explosión en el pueblo! ¡Es enorme!- exclamó de súbito con alteración un guerrero luego de haber divisado a la lejanía una enorme nube que ahora sumergía todo Ponyville. Muchos otros le siguieron a aquel con el sentimiento de sorpresa, a la vez que ahora, con aire más imponente, los conductores de la máquina a vapor iniciaban otro importante aviso.

-¡Ya estamos llegando! ¡Prepárense guerreros! ¡Ya han hecho esto algunas veces así que no cometerán los mismos errores ahora!- agregó con potencia en la voz uno de los conductores, aparentemente un capitán, mientras comenzaba a frenar la máquina junto a quienes le acompañaban en la labor.

-¿Qué pasa ahora que están volviendo a gritar tanto?- preguntó en susurros Graveyard mientras tenía temblores continuos e incontrolables, siendo aquello tanto así que le sorprendía que no se hubiese desmayado por el miedo hasta ese punto.

De manera fulminante, con estrépito que superó en creces el ruido producido por los grisáceos, una monstruosa onda expansiva remeció el tren de un extremo a otro, siendo ello seguido, naturalmente, por una reacción de extraordinario sobresalto en los equestres, e inclusive en los mismos aborígenes, cuyas deformadas esencia básicamente ya estaban adaptadas a dicha clase de sucesos repentinos.

Burning era totalmente consciente de lo que debía hacer ya gracias a Density, no obstante, un gran "pero" existía, algo que le advertía sobre lo que deberían ser las circunstancias si decidía ir "todo el camino".

-¡Si no lo hacemos ahora, jamás podremos! Ya están por detener el tren- dijo Density sin nada más que poder hacer además de susurrar hacia Burning mientras esta se hallaba con su cuerpo mirando hacia arriba y su cabeza mirando al corcel al revés.

-No... pero si no es suficiente...- mencionó aterrada por aquella idea Ascendant, expresando lo dicho con voz llena de titubeos y ojos que emulaban una ventana para el miedo.

Paralelo a todo aquello, el tren, con algo de estruendo, se detuvo al fin, acabando todo a medianas oscuras pues se hallaron en ese momento bajo el monte de Canterlot. Se hizo clarísimo en seguida de eso, que ahora todo hedía a nada más que terror, y sumándose a ello los gruñidos que acompañaban el ininteligible lenguaje de los psicóticos aborígenes, los equestres estaban más que colapsados ya, no obstante, impresionándose así mismos inconscientemente, en especial Burning, aún se hallaban tratando de hacer algo al respecto de la infernal situación producto de la desesperación extrema.

-Varios han salido... pero aún hay muchos dentro... aprontémonos... para lo que sea- agregó Density con una quebrantada garganta y lágrimas brotando de sus ojos, como si aquello fueran a ser sus palabras finales.

-Será suficiente... yo me encargaré... de que sea suficiente- pensó Burning sin dejar caer sus tensas cejas, con su casco ya silenciosamente colocado sobre el cuerno de Density, el cual ya empezaba a brillar. De no haber sido por la fuerza que ella sabía, no provenía del alma suya, habría deseado explotar desde mucho antes por la idea de la aleatoria oscuridad arrebatando todo aquello que tenía el derecho y el deber de pertenecer a una verdadera existencia.

Con los cuatro ponis manteniéndose en la esquina, y las dos pegasos posicionadas "convenientemente" delante de Burning y Density, los guerreros que se hallaban vigilantes parecían en realidad haber perdido el interés en observar a los prisioneros, y aun sabiendo el valor que tenían aquellos equestres para una mejor prosperidad de su pueblo, de no haber sido por su líder, Fog Spirit, hasta ese momento, ellos como bestias que no se percataban que eran, ya habrían renunciado a dejar que se desvanecieran para la dimensión de su líder, y como lo habían hecho con un sinfín de otros equestres, los habrían masacrado brutal y despiadadamente ya.

No importó cuán notable había sido en esos segundos la discreción de los ponis, pues un imprevisto que les dejó helados por un instante surgió de todas maneras; aquello fue un aura mágica que repentinamente nació de la combinación entre la energía de Density y Burning, cuando esta última comenzaba a tener efectos, y empezaba a sentir que recuperaba sus fuerzas y su cuerpo recuperaba la claridad en sus colores.

-¡Qué!- exclamó en tono totalmente agresivo uno de los guerreros que se hallaba cerca de los equestres luego de escuchar las energías de los unicornios reaccionar como si hubiera sido una pequeña explosión.

De la misma forma agresiva que se escuchó la voz de aquel guerrero, casi al instante numerosos grisáceos voltearon sus cuerpos para seguir la iniciativa que había originádose en aquel primer sujeto, y viéndose, finalmente, incapaces de resistirse a arrebatar la vida de sus últimos prisioneros, miraron con ojos de cólera desbordada hacia sus presas, e iniciaron una enferma carrera con toda forma de matar que tuvieran, hacia los perdidamente petrificados equestres.

-Maldita... ¡Sea! ¡Maldita...! ¡¡¡Sea!!!- dijo Density, gritando internamente, bajo un infernal abismo temporal de la más venenosa mezcla entre la ira y la desesperanza, asumiendo con total pesimismo ya, que en menos de unos instantes los filos y puntas de aquellas armas ya les estarían perforando el cuerpo a él y sus acompañantes.

Pareció todo de súbito, una oscuridad absoluta que era la muerte, sin embargo, una chispa surgió de la nada, transformando la oscuridad en la nueva arma.

Unas cadenas carcomiéndose y quebrantándose con fuerza se oyeron por detrás de Density al último instante, cuando ya estaban por abalanzarse aquellas bestias desalmadas, y en seguida, un casco naranjo le ladeó a la vez que un aura amarilla, que además se sentía densa y ardiente, le envolvió, y fue luego de aquello que vio como un destello, a la unicornio pasar adelante y esquivar la primera lanza, la cual le dejó un tajo mediano de igual forma en el hombro izquierdo, no obstante, tolerando el dolor de forma casi absoluta, detuvo al primer guerrero con su casco izquierdo, y dando un poderoso grito de bestia desesperada, Burning acometió con sus fuerzas restauradas ante la turba de grisáceos, y golpeó brutalmente en el estómago al primero, para al instante, usar a aquel como apoyo para empujar contra la muchedumbre con tal fuerza, que les dejo a todos al otro extremo del vagón sin gran dificultad.

Ahora se hallaba finalmente, llena de energía otra vez Burning ante los ojos entre maravillados y espantados de los otros tres equestres. A su vez, mientras al exterior ya se oían gritos de cólera en crecimiento, los grisáceos desde el otro lado del vagón ya recuperaban su ritmo, y procedían como enfermos a tomar nuevamente sus armas con tal de acabar cuánto antes, ahora, con una abruptamente repuesta Burning.

Precisamente en aquel momento, Burning estaba posicionada de tal forma que su torso miraba hacia abajo, sus cascos habían acabado apoyados sobre el suelo estirados, y sus rodillas estaban también sobre él flexionadas, y a la vez que su cabeza ahora miraba hacia el frente.

En un instante pareció el tiempo congelarse nuevamente, y fue eso donde Burning, por accidente se encontró a sí misma, repentinamente, divisando con espeluznante claridad a todos aquellos guerreros que había acabado empalados en sus propia armas, o bien en la de otros aborígenes.

El semblante de la unicornio fue domado, inevitablemente, por una fuerza que le obligó a tornarse en una expresión clara de un delirio abismal hecho del más punzante de los horrores. En todo aquello no transcurrieron más de unos pocos segundos.

-Esto... ¡Asumiré!- grito furiosamente dentro de su pensar la unicornio, volviendo en sí y restaurando su rostro de furia revivida en el instante, sabiendo que las extremas circunstancias ameritaban las más petrificantes de las acciones, respondiendo a sus propios pensamientos con una potente recarga mágica en su aura que envolvió a sus otros tres camaradas.

-Oh... ¿Realmente lo harás?-

Un sobresalto se dio, y se escuchó abrirse con brusquedad la puerta delantera del vagón, que estaba a la vez, junto a la esquina donde se ubicaban hiperestimulados y paralizados los equestres en el instante.

Entre aquel manojo de griteríos, dos de ellos súbitamente aparecieron horriblemente cerca, y de la misma manera surgieron de la entrada sus dueños, con sus armas levantadas mientras se acompañaban de una ferocidad que parecía empoderarse más con cada encuentro frente al enemigo, no obstante, los equestres no fueron inferiores, y viendo ahora que las riendas de la situación regresaban a ella, Burning utilizó la única verdadera arma que tenía para defender a los demás; su iracundo llanto interior, y se giró con furia y sobresalto al momento exacto para tomar la lanza del primero, para luego romperla la instante, y antes que el segundo acometiera en sí, Burning tomó el casco del primero, y lo molió con toda su fuerza para finalmente lanzar un izquierdazo que primero, tomó al segundo guerrero, y al instante, Burning llevó el golpe al primer grisáceo con la cabeza del segundo, remeciéndoles los sesos a ambos de forma que en seguida, la unicornio les lanzo por un ventanal con la fuerza de su casco, rompiendo este último con ello, y haciendo salir volando a los dos guerreros con sus cuerpos como gelatinas.

-¡Aaahh! ¡Maldición!- exclamó con pavor un Density que ahora, esforzadamente encendió una vez más su escudo mágico alrededor de las dos pegasos, viendo además, que prácticamente era lo mejor que podía hacer.

-¡Burning!- gritó nuevamente el unicornio, ahora devastado por la visión instantánea que tenía de lo que le ocurriría a la unicornio, pues mientras los guerreros con lanzas se reincorporaban con todavía más cólera, aquellos con fusiles ya comenzaban a disparar.

Un semblante de terror, y de súbito, balas sin término comenzaron a fluir y golpear el escudo de Density, y para parálisis en el alma de los tres ponis, en el minúsculo transcurso donde Burning volvía cerca del alcance de Density, dos balas en el muslo y tres en el torso impactaron a la unicornio.

Obsesionados tanto así por ver aquella muerte, los guerreros bruscamente se detuvieron solo por ello, y al mismo tiempo, Density y las pegasos, ya colapsaban a un nivel abismal por su amiga, y meneaban sus cabezas con gesto de negación, evadiendo aquel suceso infernal que acababa de ocurrir ante sus ojos.

Las burlas entre los grises ya comenzaban a surgir mientras Burning se tambaleaba, ya pensando ella misma, que también estaba dada, no obstante, un estruendo contra el suelo siguió ello, y cuando lo hizo, sin pensarlo volvió a encontrar energías; las balas, realmente, no le habían perforado más allá de la piel.

-¡Density!- exclamó entre dientes la unicornio, con su rabia perfectamente expresada en su rostro, y produciendo en el corcel una reacción inmediata de restauración, al igual que sus compañeras pegasos.

-¡Protéjanse!- grito reincorporándose como el monstruo que la situación ameritaba Burning, produciéndose, a la vez, un frío que penetró sin piedad en los grisáceos una vez diéronse cuenta que simplemente, en la unicornio, habían desencadenado la totalidad de sus energías restantes.

Density produjo un grito más por regenerar su escudo mágico con la mayor sobreexigencia, y al mismo tiempo, cuando los guerreros, ahora además junto a otro conjunto que estaba ingresando desde el exterior, estaban por volver a acometer contra la unicornio, Burning dio un nuevo grito de monstruosidad, con el cual extendió su aura mágico por todo el vagón, y sin tener más opción, disparó un rayo mágico contra toda aquella muchedumbre, generando una magnitud superior a la de cualquier otro rayo mágico que había disparado.

El estruendo se extendió por todo el monte de Canterlot, junto a ello alcanzando la ciudad misma, y con aquello, llegando con gran retumbe a los oídos de los grises que permanecían en el sector.

El poderoso rugido de la explosión aún se expandía por los vastos entornos del monumento, y a la vez, todo ese enjambre de vibraciones aún se reverberaba dentro del mismo, y como siendo escupida desde todo aquel caos sonoro y de destrucción, Burning salió, con descomedido impulso, de los perímetros de la masa de polvo que ahora cubría una mitad del extenso interior del monte de Canterlot.

Impactó la unicornio en la esquina opuesta del sitio con estrépito, acabando posicionada sobre algunas piedras soltadas en el momento, y a la vez, quedando su cuerpo cubierto por otras pocas rocas medianas que se desprendieron con su impacto contra la muralla.

El dolor a penas duró, y en un instante, Burning se colocó sobre sus rodillas y cascos delanteros, y en seguida, levantó una mirada enojadamente aterrada, haciendo movimientos de alarmante rapidez con sus ojos en una búsqueda de sofocante desolación por sus tres compañeros, quienes, al no divisarlos al instante con su desesperación, asumió ella de inmediato que habían acabado bajo la densa nube de polvo que la explosión de su magia había dejado.

Burning obstinadamente continuó buscando a los ponis en el área visible, resistiéndose furiosamente a la tentación de "admitir" abiertamente que era una estúpida y que incluso podría haber matado a sus compañeros con aquella explosión, pues se hallaba totalmente focalizada en encontrarlos a ellos y salvarlos de vuelta como para primero "salvarse" a sí misma.

Las cejas de Burning repentinamente tornáronse hacia arriba, y con nuevas y paralizantes vibraciones traspasando todo su cuerpo, al girar su cabeza de golpe hacia arriba, con horripilante sobresalto, notó colosales cuerpos de rocas ya al borde del desprendimiento.

-¡¡Dónde están!!- exclamó la unicornio mentalmente, aprontándose para echar la más desesperada carrera como una desgraciada, y ello mientras todo su cuerpo temblaba más que el entorno, y por todo su rostro caían ya cascadas de helado sudor.

Sus muslos ya le impulsarían con titánica potencia de vuelta hacia el tren, no obstante, delante suyo, de súbito, surgió un cuerpo rodeado de un resplandor instantáneo, que luego, repentinamente, ya estaba por impactar su casco sobre ella.

Con la reacción sobreponiéndose de manera casi automática al pensamiento, Burning de milagro esquivó aquello, pero antes que pudiera demostrar voluntad de atacar de vuelta, otro casco surgiendo desde otro aura mágica simultánea a la acometida anterior, esta vez alcanzó su rostro con cierto estruendo, y empujó este con su impulso hasta golpearlo con violencia contra las rocas traseras a Burning.

Ataques veloces y múltiples siguieron lo último, y junto ello, las piedras, desde lo superior, ya comenzaban a desprenderse, mientras a su vez, súbitamente se escucharon los vagones empezar a chirriar, y por lo mismo, a moverse y alejarse.

-¡Se derrumba!- exclamó con efervescencia uno de los atacantes, dando una veloz media vuelta junto a su otro compañero unicornio para teletransportarse de regreso al tren, que ahora sin remedio regresaba a Ponyville.

El enemigo ya había quedado supuestamente abatido para los ponis, no obstante, un casco naranjo resurgió de la nada para agarrarse del casco trasero de un guerrero, moliéndoselo en ello, y luego tomándole con suma brutalidad para lanzarlo contra la muralla de piedras mientras aún chillaba, esto sin dejar de avanzar hacia el otro unicornio.

El siguiente grisáceo, despavorido por lo inesperado del hecho, se anticipó con una considerable descarga mágica contra Burning a la vez que movíase en reversa con su magia, y para su mayor asombro, una enorme roca ya caía atrás de los restos mágicos, y de súbito surgió una energía amarilla, haciéndole ello saber que en nada había servido su magia, y siendo al instante alcanzado por un derechazo mortal que le desprendió casi la mitad de la piel sobre su cara y gran parte de sus dientes, siendo al final, lanzado a volar por la salida este de la intersección férrea.

Cada golpe se sentía como si también se los hubiese estado propinando a sí misma, pero en aquella clase de momento, era lo último que podría sentir conscientemente la unicornio, por lo que a penas se libró de aquella carga de último momento, como la mayor desgraciada en el mundo, y con algunas lágrimas brotando de sus ojos sin que ella de ninguna manera pensara en ello, Burning se dirigió corriendo hacia los restos de la explosión ya en desvanecimiento.

Entre la abismal desesperanza de aquella carrera, un repentino y majestuosamente milagroso resplandor desde el fondo del vacío se avistó; dos siluetas a no mucha distancia que parecían dos bultos, y luego de otros pocos metros recorridos, dos rostros conocidos: Density y Ascendant, ambos tratando aturdida y desesperadamente de moverse, sobre todo el unicornio, quien intentaba, exasperado a lo sumo, de levitar a ambos fuera de ahí.

Lo poco que había sanado la herida ahora volvía despiadadamente, pues además que inmediatamente se sintió la falta de Graveyard, una gigantesca roca ya estaba por desprenderse sobre los dos ponis delante de Burning.

-Ya esta...- pensó sumergido en un vacío interior total Density al ver la roca comenzar a caer sobre ellos.

-Si morimos aquí...- siguió el corcel, convencido de lo que ocurriría, sin embargo, antes de estar plenamente acabados, en el fondo, súbitamente un grito desesperado de ira llegó a ellos, y luego, una repentina brisa mágica, y por último, un estruendo, pero no sobre sus cuerpos, sino que sobre Burning, quien se había teletransportado justo para lograr arrodillarse y detener el inmenso cuerpo con sus cascos y su magia más encendida que nunca.

-¡Burning!- gritó Density acompañado de la sensación más milagrosa que jamás en su vida había experimentado.

-¡Eres tú niña!- exclamó Ascendant con la misma sensación que Density tenía, y también secundándole con su exclamación, y a su vez, pensando ahora en Graveyard, con un monstruoso y desesperado esfuerzo, Burning cargó aun más su aura, para dar otro gruñido y lanzar la piedra varios metros atrás de ella.

-¡Graveyard! ¡¡¡Dónde está Graveyard!!!- se quejó en agonía emocional Ascendant cómo la madre más devastada en la existencia.

Al instante envolvió Burning a los dos ponis con su magia firmemente para llevarlos de inmediato, y en un primer momento, ella pensó, casi instintivamente, en volver a por el tren para recuperar a Graveyard en el supuesto caso que esta hubiera sido tomada por los grisáceos. Aquello no fue sino que otro destello producto de lo apocalíptico de las circunstancias.

-¡Alto!- pensó para sí misma con prepotencia la unicornio luego de poner un casco de vuelta a la dirección de Ponyville, y junto con ello, recordando que la locomotora delantera había quedado descarrilada a no muchos metros lejos de ellos, cerca de la salida oeste.

-¡Burning! ¡Algo viene!- agregó Density con supremo sobresalto al percibir la aproximación de un algo mágico tétrico y amenazador de vida, desde la salida del túnel que miraba hacia Ponyville.

Un segundo más de un aparente "no tiempo" transcurrió, y con un incomparable desaire, un paralizante escalofrío recorrió cada poro de Burning, con ello haciéndole erizar todos sus pelos, ya que ahora ella también lo había sentido.

De manera explosiva, Burning se volvió hacia la locomotora, y dando de costado un poderoso salto ahora en dicha dirección, al mismo tiempo que ahora llevaba firmemente a los dos ponis levitando con su magia, comenzó la más corta pero frenética persecución entre ellos y aquella infartante presencia, que ahora, yendo con rapidez ridícula, se presentaba, aún a la lejanía, ante los ojos de los ponis como una masa oscura de magia.

Luego de aquel gran salto, Burning ágilmente aterrizó para continuar corriendo hacia la máquina, dando las zancadas más largas y energéticas, mientras con el corazón en la boca, orientaba sus ojos en infinitas direcciones a frecuencia extrema en busca de un rastro de Graveyard.

-¡Está agrandándose!- exclamó de repente en el trayecto Density al sentir la oscuridad y el tamaño de la presencia aumentar de golpe ya no tan lejos de ellos.

-¡¡¡Graveyard!!!- profirió Burning con un titánico frenesí al reconocer a Graveyard inconsciente bajo una parte de la locomotora.

La fuerza de la desesperación le permitió en el instante a la unicornio teletransportarse, y también teletransportar a Density y Ascendant, al mismo tiempo, hacia un punto cercano de la locomotora, desde el cual, sin soltar por ningún motivo a los otros dos ponis, Burning siguió corriendo con el mismo frenesí hasta el punto donde yacía Graveyard inconsciente, y con las circunstancias que se daban, la unicornio con el máximo esfuerzo tomó la máquina con su casco derecho, y la lanzó varios metros hacia la izquierda, para de inmediato envolver a la pegaso sin cesar la carrera.

-¡No para de agrandarse! ¡Nos va a disparar algo maldición!- dijo advirtiendo nuevamente el unicornio al ver otra vez el comportamiento de la entidad, que ahora se había posicionado en un punto más alto del lugar, mientras en algunos sitios existían rocas colapsando aún.

Percibiendo otra oportunidad al instante, apegando a los tres ponis hacia ella sin dejar de sostenerlos firmemente con su magia, Burning volvió a teletransportarse junto a ellos para acabar ahora a no tantos metros de la salida oeste, donde a la vez, había quedado a la derecha la locomotora.

-¡¿Qué de...?!- dijo con tartamudeo Ascendant simultáneamente girando su cabeza hacia la gran entidad, momento en el que también, superando ya lo súbito y brusco, el más infartante estruendo surgió para llegar a los oídos de los cuatro equestres.

Burning, sin parar de correr, y los demás, instantánea y simultáneamente pusieron sus ojos sobre sus espaldas, encontrándose con un rayo oscuro masivo yendo directamente sobre ellos a una velocidad que aparentaba que no les daría tiempo alguno para hacer cualquier cosa.

Density inició un grito de pavor a la vez que volvía a encender su escudo mágico desesperadamente, y a su vez, Ascendant le acompañó con un grito lleno del mismo sentimiento abismal.

Viendo al instante que no podrían esquivar o escapar por el túnel (pues recién comenzarían a adentrarse en él), Burning, en un acto puro de exasperación y terror, tomó con su magia bruscamente aquella locomotora de la que estaban ahora cerca, dio media vuelta y de inmediato esta ya estaba puesta en frente para bloquear el gigante rayo mágico, y por último, la unicornio, uniéndose a los gritos desesperados de los otros dos, envolvió a los tres ponis atrás suyo con su magia, cargando esta lo más que su poder le permitiese en ese instante a la vez que con sus dos cascos delanteros sostenía la máquina.

Llegó aquella monstruosidad a ellos, y Burning, en desventaja, no pudo sostener la locomotora carcomiéndose casi al instante por más de unos segundos antes que la magia oscura arrasara con ella y los demás, y quedaran sumergidos en el rayo.

El masivo montón de energía oscura se vio salir de unos ahora bastante deteriorados monumento y túnel, abarcando algunas otras cuadras más allá de la entrada a la intersección.

Algunas cuadras más allá del sitio, donde acabó el rayo mágico se produjo una poderosa explosión en un conjunto de árboles, similar a la vista por los grisáceos en Ponyville, y en medio de eso, a la vez, una densa y notoria aura amarilla salió de aquel caos arrastrándose algunos metros lejos de la salida oeste de la intersección.

Burning finalmente fue capaz de poner sus cascos delanteros sobre el suelo y así dejar de rodar, todo ello mientras los otros dos ponis veían con pavor lo que ocurría, pero al mismo tiempo, por otro lado con "benigna" sorpresa se daban cuenta que Burning los mantenía aún firmes con su magia a ellos y a una Graveyard aún fuera de conocimiento, y además, estaban aún todos envueltos por la energía de la unicornio.

La onda expansiva los alcanzó, provocando un fuerte empujón sobre la telequinesis de Burning, cuya fuerza no obstante, por suerte no estuvo cerca de soltar a los ponis de ella. Justo luego de ello, Burning volvió a apegar a los tres ponis hacia sí misma para resguardarlos lo mejor que ella pudiese.

El incomprensible caos todavía no acababa de calmarse, no obstante, Burning ya volvía a correr con máxima velocidad, esto a pesar de unos cuántos rasguños y restos de sangre que ya salían de su cuerpo.

Todos apegados entre sí, ahora iban en dirección noroeste, es decir, Burning se alejaba totalmente de los grises, pues no veía otra opción para preservar las vidas de todos.

-¡Burning!- gritaron casi simultáneamente Density y Ascendant al divisar a la tétrica entidad a las espaldas de la unicornio, y a un costado de la perspectiva, casi lista para volver a lanzar más energía y provocar otra mortal explosión.

Al instante la unicornio volvió su cabeza hacia sus espaldas para inmediatamente encontrarse con otro violento rayo de magia oscuro yendo directamente hacia sus cercanías, con paralizante rapidez.

Los otros dos continuaban desesperándose, y a la vez, Burning, estando incluso peor que ellos, aumentó más la velocidad en sus perdidos pasos mientras miraba atrás con ojos de platos y sus dientes mostrándose totalmente juntos.

Súbitamente, la masa de energía ya parecía sofocarles, y por lo mismo, al instante, dando otro agudo y potente grito por aquello, Burning dio un salto de asombrosa potencia con sus cuatro cascos, alejándose al menos una cuadra del suelo en un segundo, tiempo que tomó para que la siguiente estruendosa explosión surgiera desde cerca de su posición en el plano horizontal.

Para el momento en que llegó la siguiente onda expansiva, como si hubiese sido lo más crucial en el momento, Burning mantenía totalmente apegados a ella a sus tres compañeros mientras con todas sus energías nuevamente encendía su magia para protegerlos de cualquier forma que existiera.

A medida que comenzaban a caer de vuelta, y mientras los tres ponis daban origen a un nuevo y aterrador coro de desesperación en conjunto, Graveyard "gradualmente" volvió en sí, y a la vez, viendo lo extremo de las circunstancias, de igual forma lo hizo su grito.

A no mucha distancia del suelo, la unicornio logró espabilar, y antes de tener que aterrizar horrorosamente, pudo ella reaccionar y usar nuevamente una teletransportación grupal total, siendo así los cuatro ponis llevados cerca del suelo otra vez, cayendo todos de igual manera con algo de estrépito, sin embargo, se reincorporaron casi al instante gracia a Burning, quien con el momentum de inmediato pudo volver a pararse y seguir corriendo, y a su vez, volviendo a tomarlos a todos firmemente con su magia de la misma manera.

Junto a todo aquello, luego una humilde cabaña solitaria se vio en el horizonte entretanto hacia las espaldas de los ponis el caos ahora continuaría con la entidad, la cual ya empezaba a disparar múltiples masas mágicas oscuras de menor tamaño, no obstante, cómo si de súbito sobre una metralleta mágica se tratase.

Los ataques a cada instante estaban por alcanzarles a los cuatro ponis emocionalmente petrificados, por lo que entonces, espontáneamente Burning, súbitamente colocó a todos sus compañeros delante de ella para evitar que cualquier rayo les golpease y que, en lugar de eso, le golpearan a ella.

Uno de los ataques estaba por golpearles mientras cientos de otras explosiones ocurrían en los alrededores, pero ya no pudiendo volver a confiar en su magia, Burning con sus cascos traseros volvió a aplicar la hazaña de saltar hacia lo alto, lo cual ahora, de igual manera fue mucho menor que lo anterior, pues Burning sabía lo que iba a pasar si repetía aquel salto.

Un nuevo coro de gritos comenzaba para la caída, donde ahora Burning se volvió la protagonista, no obstante, a llegar a suelo, con gran fuerza fue aquello, pero soportándolo perfectamente, la unicornio con el otro casco dio un salto similar, y nuevamente con el siguiente casco, así esquivando mejor los ataques del ser que les perseguía sin mostrar cansancio alguno.

La hazaña parecía efectiva, e incluso iban más rápido ahora en dirección a dicha cabaña a la distancia.

-¡¡Está dejando de atacar!! ¡¡Hey!!- dijo acelerada y en un grito Graveyard mientras se escuchaban los estrepitosos aterrizajes de Burning.

-¡Se está acercando! ¡¡¡Burning!!!- exclamó alterado a lo sumo Density antes que el tiempo nuevamente se parara, y en medio del aire, antes que Burning pudiese darle la vuelta completa a su cabeza, se escuchara tan solo a sus espaldas un ruido tétrico de teletransportación.

-¡¿Qué?!- pensó en el preciso momento Burning tan solo, y entonces fue que vio al poni rodeado de su aura oscura, como si hubiera sido nada más que una silueta.

La unicornio, antes de poder lanzar un golpe con su rudo grito, recibió con desmesurado poder un derechazo por parte de la silueta cuya fuerza no le dejó más que soltar un quejido de dolor y ser empujada junto a los demás hacia las cercanías del lugar donde se hallaba la cabaña.

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