Wiki Mi Pequeño Pony: Fan Labor
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Ojos Naranjos
Season 1 finale cover
Pertenece a: Trapezium
Clasificacion 13+
Género Acción, Gore
Estado En progreso
Ambientada en Vías Férreas de Equestria
Cronología
Camino ineludible Ojos Naranjos Libertad de Prisión

"Ojos Naranjos" es el capítulo veinte de la serie "Digression", y es el último de la primera temporada (tomo uno) de la serie.

Burning Fury junto al resto de sus compañeros lucha con desesperación infernal por cumplir con lo que una "traicionera" de los grisáceos grito hacia ellos antes de morir, no obstante, el desmesurado pavor hacia dejarse dominar por en lo que Burning paradójicamente se ha ido sumergiendo forzosamente a sí misma, y de lo cual también ha estado abusando sin percibirlo... oscuridad...

Relato

-¡Explosión en el pueblo! ¡Es enorme!- exclamó de súbito con alteración un guerrero luego de haber divisado a la lejanía una enorme nube que ahora sumergía todo Ponyville. Muchos otros le siguieron a aquel con el sentimiento de sorpresa, a la vez que ahora, con aire más imponente, los conductores de la máquina a vapor iniciaban otro importante aviso.

-¡Ya estamos llegando! ¡Prepárense guerreros! ¡Ya han hecho esto algunas veces así que no cometerán los mismos errores ahora!- agregó con potencia en la voz uno de los conductores, aparentemente un capitán, mientras comenzaba a frenar la máquina junto a quienes le acompañaban en la labor.

-¿Qué pasa ahora que están volviendo a gritar tanto?- preguntó en susurros Graveyard mientras tenía temblores continuos e incontrolables, siendo aquello tanto así que le sorprendía que no se hubiese desmayado por el miedo hasta ese punto.

De manera fulminante, con estrépito que superó en creces el ruido producido por los grisáceos, una monstruosa onda expansiva remeció el tren de un extremo a otro, siendo ello seguido, naturalmente, por una reacción de extraordinario sobresalto en los equestres, e inclusive en los mismos aborígenes, cuyas deformadas esencia básicamente ya estaban adaptadas a dicha clase de sucesos repentinos.

Burning era totalmente consciente de lo que debía hacer ya gracias a Density, no obstante, un gran "pero" existía, algo que le advertía sobre lo que deberían ser las circunstancias si decidía ir "todo el camino".

-¡Si no lo hacemos ahora, jamás podremos! Ya están por detener el tren- dijo Density sin nada más que poder hacer además de susurrar hacia Burning mientras esta se hallaba con su cuerpo mirando hacia arriba y su cabeza mirando al corcel al revés.

-No... pero si no es suficiente...- mencionó aterrada por aquella idea Ascendant, expresando lo dicho con voz llena de titubeos y ojos que emulaban una ventana para el miedo.

Paralelo a todo aquello, el tren, con algo de estruendo, se detuvo al fin, acabando todo a medianas oscuras pues se hallaron en ese momento bajo el monte de Canterlot. Se hizo clarísimo en seguida de eso, que ahora todo hedía a nada más que terror, y sumándose a ello los gruñidos que acompañaban el ininteligible lenguaje de los psicóticos aborígenes, los equestres estaban más que colapsados ya, no obstante, impresionándose así mismos inconscientemente, en especial Burning, aún se hallaban tratando de hacer algo al respecto de la infernal situación producto de la desesperación extrema.

-Varios han salido... pero aún hay muchos dentro... aprontémonos... para lo que sea- agregó Density con una quebrantada garganta y lágrimas brotando de sus ojos, como si aquello fueran a ser sus palabras finales.

-Será suficiente... yo me encargaré... de que sea suficiente- pensó Burning sin dejar caer sus tensas cejas, con su casco ya silenciosamente colocado sobre el cuerno de Density, el cual ya empezaba a brillar. De no haber sido por la fuerza que ella sabía, no provenía del alma suya, habría deseado explotar desde mucho antes por la idea de la aleatoria oscuridad arrebatando todo aquello que tenía el derecho y el deber de pertenecer a una verdadera existencia.

Con los cuatro ponis manteniéndose en la esquina, y las dos pegasos posicionadas "convenientemente" delante de Burning y Density, los guerreros que se hallaban vigilantes parecían en realidad haber perdido el interés en observar a los prisioneros, y aun sabiendo el valor que tenían aquellos equestres para una mejor prosperidad de su pueblo, de no haber sido por su líder, Fog Spirit, hasta ese momento, ellos como bestias que no se percataban que eran, ya habrían renunciado a dejar que se desvanecieran para la dimensión de su líder, y como lo habían hecho con un sinfín de otros equestres, los habrían masacrado brutal y despiadadamente ya.

No importó cuán notable había sido en esos segundos la discreción de los ponis, pues un imprevisto que les dejó helados por un instante surgió de todas maneras; aquello fue un aura mágica que repentinamente nació de la combinación entre la energía de Density y Burning, cuando esta última comenzaba a tener efectos, y empezaba a sentir que recuperaba sus fuerzas y su cuerpo recuperaba la claridad en sus colores.

-¡Qué!- exclamó en tono totalmente agresivo uno de los guerreros que se hallaba cerca de los equestres luego de escuchar las energías de los unicornios reaccionar como si hubiera sido una pequeña explosión.

De la misma forma agresiva que se escuchó la voz de aquel guerrero, casi al instante numerosos grisáceos voltearon sus cuerpos para seguir la iniciativa que había originádose en aquel primer sujeto, y viéndose, finalmente, incapaces de resistirse a arrebatar la vida de sus últimos prisioneros, miraron con ojos de cólera desbordada hacia sus presas, e iniciaron una enferma carrera con toda forma de matar que tuvieran, hacia los perdidamente petrificados equestres.

-Maldita... ¡Sea! ¡Maldita...! ¡¡¡Sea!!!- dijo Density, gritando internamente, bajo un infernal abismo temporal de la más venenosa mezcla entre la ira y la desesperanza, asumiendo con total pesimismo ya, que en menos de unos instantes los filos y puntas de aquellas armas ya les estarían perforando el cuerpo a él y sus acompañantes.

Pareció todo de súbito, una oscuridad absoluta que era la muerte, sin embargo, una chispa surgió de la nada, transformando la oscuridad en la nueva arma.

Unas cadenas carcomiéndose y quebrantándose con fuerza se oyeron por detrás de Density al último instante, cuando ya estaban por abalanzarse aquellas bestias desalmadas, y en seguida, un casco naranjo le ladeó a la vez que un aura amarilla, que además se sentía densa y ardiente, le envolvió, y fue luego de aquello que vio como un destello, a la unicornio pasar adelante y esquivar la primera lanza, la cual le dejó un tajo mediano de igual forma en el hombro izquierdo, no obstante, tolerando el dolor de forma casi absoluta, detuvo al primer guerrero con su casco izquierdo, y dando un poderoso grito de bestia desesperada, Burning acometió con sus fuerzas restauradas ante la turba de grisáceos, y golpeó brutalmente en el estómago al primero, para al instante, usar a aquel como apoyo para empujar contra la muchedumbre con tal fuerza, que les dejo a todos al otro extremo del vagón sin gran dificultad.

Ahora se hallaba finalmente, llena de energía otra vez Burning ante los ojos entre maravillados y espantados de los otros tres equestres. A su vez, mientras al exterior ya se oían gritos de cólera en crecimiento, los grisáceos desde el otro lado del vagón ya recuperaban su ritmo, y procedían como enfermos a tomar nuevamente sus armas con tal de acabar cuánto antes, ahora, con una abruptamente repuesta Burning.

Precisamente en aquel momento, Burning estaba posicionada de tal forma que su torso miraba hacia abajo, sus cascos habían acabado apoyados sobre el suelo estirados, y sus rodillas estaban también sobre él flexionadas, y a la vez que su cabeza ahora miraba hacia el frente.

En un instante pareció el tiempo congelarse nuevamente, y fue eso donde Burning, por accidente se encontró a sí misma, repentinamente, divisando con espeluznante claridad a todos aquellos guerreros que había acabado empalados en sus propia armas, o bien en la de otros aborígenes.

El semblante de la unicornio fue domado, inevitablemente, por una fuerza que le obligó a tornarse en una expresión clara de un delirio abismal hecho del más punzante de los horrores. En todo aquello no transcurrieron más de unos pocos segundos.

-Esto... ¡Asumiré!- grito furiosamente dentro de su pensar la unicornio, volviendo en sí y restaurando su rostro de furia revivida en el instante, sabiendo que las extremas circunstancias ameritaban las más petrificantes de las acciones, respondiendo a sus propios pensamientos con una potente recarga mágica en su aura que envolvió a sus otros tres camaradas.

-Oh... ¿Realmente lo harás?-

Un sobresalto se dio, y se escuchó abrirse con brusquedad la puerta delantera del vagón, que estaba a la vez, junto a la esquina donde se ubicaban hiperestimulados y paralizados los equestres en el instante.

Entre aquel manojo de griteríos, dos de ellos súbitamente aparecieron horriblemente cerca, y de la misma manera surgieron de la entrada sus dueños, con sus armas levantadas mientras se acompañaban de una ferocidad que parecía empoderarse más con cada encuentro frente al enemigo, no obstante, los equestres no fueron inferiores, y viendo ahora que las riendas de la situación regresaban a ella, Burning utilizó la única verdadera arma que tenía para defender a los demás; su iracundo llanto interior, y se giró con furia y sobresalto al momento exacto para tomar la lanza del primero, para luego romperla la instante, y antes que el segundo acometiera en sí, Burning tomó el casco del primero, y lo molió con toda su fuerza para finalmente lanzar un izquierdazo que primero, tomó al segundo guerrero, y al instante, Burning llevó el golpe al primer grisáceo con la cabeza del segundo, remeciéndoles los sesos a ambos de forma que en seguida, la unicornio les lanzo por un ventanal con la fuerza de su casco, rompiendo este último con ello, y haciendo salir volando a los dos guerreros con sus cuerpos como gelatinas.

-¡Aaahh! ¡Maldición!- exclamó con pavor un Density que ahora, esforzadamente encendió una vez más su escudo mágico alrededor de las dos pegasos, viendo además, que prácticamente era lo mejor que podía hacer.

-¡Burning!- gritó nuevamente el unicornio, ahora devastado por la visión instantánea que tenía de lo que le ocurriría a la unicornio, pues mientras los guerreros con lanzas se reincorporaban con todavía más cólera, aquellos con fusiles ya comenzaban a disparar.

Un semblante de terror, y de súbito, balas sin término comenzaron a fluir y golpear el escudo de Density, y para parálisis en el alma de los tres ponis, en el minúsculo transcurso donde Burning volvía cerca del alcance de Density, dos balas en el muslo y tres en el torso impactaron a la unicornio.

Obsesionados tanto así por ver aquella muerte, los guerreros bruscamente se detuvieron solo por ello, y al mismo tiempo, Density y las pegasos, ya colapsaban a un nivel abismal por su amiga, y meneaban sus cabezas con gesto de negación, evadiendo aquel suceso infernal que acababa de ocurrir ante sus ojos.

Las burlas entre los grises ya comenzaban a surgir mientras Burning se tambaleaba, ya pensando ella misma, que también estaba dada, no obstante, un estruendo contra el suelo siguió ello, y cuando lo hizo, sin pensarlo volvió a encontrar energías; las balas, realmente, no le habían perforado más allá de la piel.

-¡Density!- exclamó entre dientes la unicornio, con su rabia perfectamente expresada en su rostro, y produciendo en el corcel una reacción inmediata de restauración, al igual que sus compañeras pegasos.

-¡Protéjanse!- grito reincorporándose como el monstruo que la situación ameritaba Burning, produciéndose, a la vez, un frío que penetró sin piedad en los grisáceos una vez diéronse cuenta que simplemente, en la unicornio, habiendo desencadenado la totalidad de sus energías restantes.

Density produjo un grito más por regenerar su escudo mágico con la mayor sobreexigencia, y al mismo tiempo, cuando los guerreros, ahora además junto a otro conjunto que estaba ingresando desde el exterior, estaban por volver a acometer contra la unicornio, Burning dio un nuevo grito de monstruosidad, con el cual extendió su aura mágico por todo el vagón, y sin tener más opción, disparó un rayo mágico contra toda aquella muchedumbre, generando una magnitud superior a la de cualquier otro rayo mágico que había disparado.

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