Wiki Mi Pequeño Pony: Fan Labor
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[Puede que tenga un vocabulario más avanzado. Si alguna palabra o expresión no es de agrado de los usuarios, favor de informarlo debidamente. Comenten respetuosamente sus opiniones, gracias. Por lo demás, disfrutad el fic.]

Memesombra

Capítulo 1: A salvar a mi hermano

Iba una nube negra de condensada polución volando directo al Tokio de Cristal… ¿qué? ¿Cuál es el problema?... Ah, ¿esto no era Sailor Moon?... Bueno, como sea, volaba la nube negra en dirección al imperio-de-cristal-que-salió-de-la-nada-y-no-tenemos-ni-idea-de-qué-onda-en-la-serie-de-los-caballitos-del-zodíaco. No es que la nube venía de una fábrica de juguetes de Hasbro o una guardería infantil, ni tampoco una banda de rastas fumando marihuana concentrada, sino que la nube tenía ojos y aunque parezca mentira no tiene nada que ver con drogas, y repito, nada que ver con drogas.

Entonces, se abrió un agujero dimensional a tres metros sobre el suelo, y de momento no revelaremos nada sobre su proveniencia o su razón de alterar la trama. De dicho agujero con forma de aro emerge lo que sería una representación poni de Juan de las Nieves, de esa famosa serie de Juego de Tronos que no miro ni leo pero mi compañera de tres cuartos sí, y que tengo entendido que goza de cierta fama. Era blanco, medio grisecito, con el pelo negro y enrulado, vistiendo ropas algo ambiguas para la época actual, y se empastó contra la nieve, de tal forma que quedó su cara grabada en la posteridad. Pero éste no se llamaba Jhon Nieves, sino Juan Seco, alias Jaime, alias el-boludo-que-te-viene-a-cagar-la-historia.

La nube se detuvo al ver al bodoque que cayó delante suyo, y se acercó medio centímetro para apreciar mejor el madrazo que se dio. Juan Seco se había quedado culo para arriba, y al levantarse se liberaron los efluvios contenidos fruto del fermento del taco que había comido antes de venir.

Juan Seco se paró en seco (valga la redundancia) y le habló a la nube, a la vez que de ésta emergían unos ojos rojos con fondo de verde, y reitero que no estamos hablando de drogas. La magia negra era tan concentrada que hasta llamas púrpuras le salían de las comisuras… o eran lágrimas por el pedo de Juan Seco.

-¡Ven a mí, nube voladora! – clamó Juan Seco.

-¿Qué te creés que es esto, Dragon Ball? ¿Qué hacés acá, Jaime? – de la nube se materializó la cara de Sombra, que a pesar de toda la locura que llevaba encima por traficar mot.. digo, magia negra, todavía se acordaba de que tenía un amigo con el que hacían locuras de jóvenes. Eran más bien dos hermanos de alma.

-¡No vayas, negro, no vayas! ¡Te van a hacer cagar! (en lunfardo argento: te van a matar) O sea, me vine al futuro pa' ver qué pasaba, porque soy muy haragán para esperar mil años, y ahora volví en el tiempo. ¡No vayas, boludo, o te van a volar la raja!

-¿Qué no vaya a dónde? ¿A reclamar mi reino, decís? Ni en pedo se lo dejo a la pendeja malcriada ésa.

-¡Vos no entendés, Negro! ¡La yegua de mierda mandó a unas boluditas y un lagarto cabezón a que ayuden! Yo sé lo que te digo, hermano, no vayás al Imperio de Cristal, o te vas a mandar la tercera peor cagada de tu vida, una es haberle hecho caso a tu viejo, y la otra va a ser ir y que activen el coso ése de cristal, y se te va ir todo al carajo.

-¿Y cuál sería la tercera, si se puede saber? – preguntó el nuboso, con una cara muy seria.

Juan Seco frunció el ceño. El viento le volaba la crin y le disimulaba el mal aliento.

-Cuando me robaste a Margarita – respondió Juan Seco, con un profundo resentimiento.

-¡Te digo que ella me buscó a mí! ¡No es mi culpa que la hayas espantado con el chiste de la rana chueca! Además, tampoco era lo weeeeeee… Había un olor raro ahí abajo…

-¡Guacho de mierda! – saltó Juan Seco ferozmente - ¡Mentiste, mentiroso! ¡Me dijiste que no la habías tocado…!

Sinceramente, hay que ser muy pelotudo para atacar una nube, pero Juan Seco, ni lerdo ni perezoso, fue y atacó a su amigo-nube. Mientras una pelea boba y sin sentido ocurría, en el Imperio de Cristal Twilight daba vuelta el castillo para encontrar el "corazón de cristal"… qué porquería, pero era lo mejor que los nabos de Hasbro podían escribir, pero bien bananero.

-Bueno, pará, me rindo – imploró Juan Seco – Yo no vine a cagarme a trompadas con vos por una loca que ya está hecha polvo. Yo te vine a salvar la vida, negro.

Sombra se lo pensó un poco. De pendejos se habían divertido mucho con Juan-cito, que se puso a hacer una larga exposición expositiva tratando de convencer a su amigo freezado de que abandonara todo y que se fueran a parrandear, que mil años en el hielo ya de por sí son una maldición, y un montón de huevadas más. El nuboso recapacitaba sobre sus acciones y su pasado al oír la voz de su amigo, tomando muy en serio sus palabras. De repente su voluntad se inclinaba más a tirar todo por la borda y dedicarse a ser libre que a seguir con esa locura. Recordaba sus tiempos de reinado, y la verdad, no podía rescatar muchas satisfacciones de aquello... a excepción de Marta, claro.

-Te lo digo, boludo, yo estuve ahí cuando te reventaban como un sapo, te hacías pedacitos como esa escupidera de porcelana que tenía tu viejo, y lo último que vi volando a la mierda fue tu cuerno…

-¿Cuál… cuál de los dos…?

Juan Seco lo miró con el ceño fruncido.

-¿Me estás boludeando? ¡El de la frente, pelotudo! Ta' bien que la anaconda se la banca, pero no es pa' tanto…

-HHMM… ¿y qué se ocurre que hagamos? Vos que sos el cerebro…

-Yo no soy un cerebro, yo tengo más cabeza…

Recalculando en 3, 3.5, 2, 1.5, 1.

-La yegua va querer ver sangre si no hace mierda a alguien, así que démosle su carnada… Yo te ayudo, vos dejá todo en mis manos…

-¿Desde cuándo tenés manos?

-Foo… es una forma de decir, boludo. Bien negro sos vos, ahora entiendo por qué te mandaron al freezer las Hermamas de la Caridad… Ah, si todavía no te convence, tengo muchos chusmeríos de esas dos tortas. ¿Sabés que la otra se hizo negra, y que para colmo la mandaron en cana más o menos el mismo tiempo que se te congelaban las pelotas en el Glaciar Perito Moreno?

-Eso… suena interesante. - un asomo de jocosa risa aparecía en los labios de Sombra, recordando esa maña de ponerse a decir tonterías con Juan Seco.

-Dale, loco, mandate de cabeza. Además, ¿quién vive mil años congelado como un neandertal y sobrevive para contarlo?

La nube se materializó y dio forma al cuerpo de Sombra.

-¡Laaaa mieeeerdaaaa! - exclamó Juan Seco al ver la capa y la armadura - Loco, te crecieron las patillas... ¡ahora te pareces a Carlos Menem! Estaría interesante implementar el neoliberalismo en Equestria.

-Jaime, tenemos un problema.

-Me imagino que debe tener que ver con eso del alter ego, ¿no?

-Sep. Y es absolutamente necesario que me lo quite de encima para volver a ser yo.

-Pufff, suena complicado. ¿Alguna sugerencia?

-Sobre eso, creo que ya sé... Lo extraeremos y lo guardaremos en un recipiente bajo llave para que nunca más vuelva a salir. Y lo lograré aunque me muera en el intento...

-Eh, boludo, de preferencia, no te me mueras, o habré viajado en el tiempo diez siglos al cuete.

-Por cierto, ¿de dónde sacaste tanta habilidad para semejante hechizo?

-Bueno, ajustándose un poco al mensaje de esta serie, digamos que fue por la magia de la amistad. Sí, suena pedorro, pero cuando supe lo que te pasaría no me pude quedar de brazos cruzados.

-Bueno, me queda poco tiempo antes de que la maldad se apodere de mí otra vez así que, ¡a darle caña!


CHAN CHAN CHAN CHAN…. CHAN CHAN CHAN CHAN… CHAN CHAN CHAN CHAN….

Capítulo 2: Un WTF extremo

A la mierda con todo…

Acá no se muere NADIE! Porque es mayo y hay pachanga con el proletariado!

Abajo Celestia… ¡Que viva la República Bananera de Griffindor…o como se llame la tierra de los grifos!

-¿Y cuál es tu idea maravillosa para joder a la renegada? – preguntó Sombra.

-Vos sos el más entendido en magia… vendeles gato por liebre que no se van a dar cuenta. Eso sí, tiene que ser muy realista… - respondió Juan Seco.

-Bueno, hay algunos trucos que puedo usar…

-Entonces, metele nomás…

En el Imperio de Cristal…

-Algo raro pasa… - musitó Cadence – ¿Están seguros de que los venía persiguiendo?

-Sí, amor, pero no nos hizo nada – explicó Shining – Es como si se hubiera ido a otra parte…

-Bueno, no importa, eso nos dará tiempo para buscar el corazón de cristal, y devolverles a estos ponis las ganas de vivir… - dijo Twilight.

Va tener poca gracia explicar lo que ya la mayoría vio, así vayamos al punto en el que Cadence sale volando con Spike a la espalda y colocan el corazón en su lugar. En el momento de la explosión, el prototipo dejó un residuo negrusco y asqueroso como una mezcla de mocos, petróleo y baba, y entre ese residuo, las ropas y armadura de lo que segundos antes era un rey.

-EEEEEEEEEWWWWWWWWWWW – hizo Rarity, frunciendo la nariz.

-¿Se suponía que iba a quedar así? – preguntó Spike, picando la masa con un palo. Lo hacía con cuidado, no vaya y fuera que la cosa cobrara vida.

-No sé, esto no coincide con lo que dice el guión… - apunto Pinkie Pie, con una extraña carpeta entre los cascos.

-¿De dónde sacaste eso, Pinkie? – preguntó Rainbow Dash, confundida mientras chusmeaba lo que decía el libreto.

-Ah, ¿esto? No es nada, - respondió Pinkie y tiró el libro, haciéndolo desaparecer – es sólo un chiste de la cuarta pared. ¿No es cierto, FHix?

Bueno sí, pero no me cagues la trama, Pinkie Pie.

-¡Oki doki loki!

Entre que pasa lo de salvar el imperio y las ponis se cuestionan el extraño resultado de su aventura, algo sucede dentro del castillo, en una habitación rudimentariamente decorada al estilo barroco o algo así. Un visitante sin invitación revolvía cajones y muebles, cargando todo lo que tenía mayor interés para él. Se tomó unos segundos para recostarse en la mullida cama y sentir una vez más el perfume de Marta impregnado en la suave tela proveniente de Arabia Equina o China o lo que sea.

-Bueno, ¿cómo meto mi vida en una valija?... Hm, no tengo valija… tengo alforjas… A ver, esto no lo puedo dejar, esto tampoco, esto tampoco…. ¡Mis anteojos Lennon! Pensé que los había perdido… Lo que uno encuentra cuando se pone a ordenar el cuarto, ¿no?... qué más hay… Oh, mis libros… eso no se lo dejo a nad… uy, ya no me acordaba de este póster… uuuh… no, mejor lo enrollo y lo guardo para otro momento… ¿Para qué carajo se usaba esto…? Ah, sí, los pelos de la nariz…. Debería revisar el colchón…. Uuf, sí que se producía en esos años… ¿Qué será de Marta?... los triste es que ya no nos vamos a ver… era gauchita la tipa… pero bueno, a otra cosa, mariposa, dicen…. sonó muy amanerado eso… ¡Mis figuritas de los dioses lovecraftianos! Si se las habré peleado a Juan… qué manera de boludear… Ah… la correa… no, esto mejor lo dejo acá… le servirá al general para poner en su lugar a la malcriada… ¡Esto es un tesoro! ¿Sirve este tabaco?... sólo hay una forma de averiguarlo… mi juego de naipes españoles… si le habré ganado al truco y a la casita robada al Juan… aunque él me ganaba en el chinchón… esto va a tardar…

También encontró una revista Playcolt escondida atrás de un ropero, pero pensó que no podía ser tan desgraciado y la dejó en un lugar en el que de seguro Shining Armor la encontraría cuando las cosas con la jermu no anduvieran bien. Encontró una edición de bolsillo del Martín Fierro en latín, un broche de su madre que guardó con cariño, porque no tenía tiempo de añorar esos dulces años en los que no era más que un bebé en los brazos de su madre, y no debía preocuparse por magia negra ni esclavos ni tener que bancar a la maldita institutriz con su regla de un metro. Ni qué hablar de robarle unos tragos al licor del viejo y mandarse pastillas de menta o mandarinas para que éste no se diera cuenta.

A último momento se acordó de buscar un pequeño estuche con fotos y una caja misteriosa.

-0-

Estaban todos reunidos delante de los restos del rey, y parecía que nadie se disponía a moverse. Las mane six conversaban con Shining y Cadence y de ahí con los pueblerinos de lo más bien, hasta que… los rostros de los ponis de cristal cambiaron drásticamente, y todos se quedaron helados, pues estaban de espaldas a lo que los ponis de cristal miraban con miedo. Pudieron oír un tarareo, y sentir un olor bastante fuerte como el del desodorante Axe mezclado con Old Spice.

-¿Acaso están viendo lo que yo estoy pensando…? – dijo Spike, temblando, mirando a las mane six y a la pareja real de cabo a cabo.

-Díganme que no… - empezó Twilight. Ya sentía que la misión se le había ido al carajo.

En efecto, el sujeto tan temido por todos salió de la puerta principal del castillo con unas pesadas alforjas, unos anteojos tipo los que usaba John Lennon, fumando un cigarrillo despreocupadamente entre tanto tarareaba una canción parecida a la de Foxy de Five Nights at Freddys.

Todos estaban congelados, mirando cómo Sombra se acercaba y, dirigiéndose a Shining. Creo que porque pensaba que iba a ser Shining quien gobernara el reino, y no Cadence, a quien no les prestó ni mosca de atención, mucho menos a las aterradas, confundidas e indignadas ponis de atrás… y dragón. Empezó a sacar un fajo de papeles que fue entregándole al unicornio blanco, que los aceptaba sin entender qué pajas estaba pasando. Entre tanto, el humo del cigarrillo del unicornio gris le daba en la cara y le producía una enorme tentación de pedirle un cigarro y fumar él también. Shining recordó sus años de cadete, cuando lo descubrieron fumando uno mucho más pequeño que el que Sombra tenía, y el sermón no fue chico. Casi se jugó su carrera.

-Bueno, la cosa es así: acá está el certificado de abdicación, ya tiene mi firma así que espero que no me rompan las pelotas después… Éste es el plano del castillo y de las minas, vean si le pueden sacar algo, aunque está que se derrumba… Éste es un vale de comida, la que estaba en la despensa ya caducó… éste es el manojo general de llaves, te dejé un papelito y un manual de para qué sirve cada una… Hay un baño que está marcado en el plano que te recomiendo que lo clausures…. Un hijo perdido de Cthulu se atoró en las cañerías, y ni yo pude matar al bicho… También hay algunas cucarachas en la cocina principal, mándalas a cualquier parte, que esas porquerías son muy resistentes a la kaotrina, casi me morí yo por tratar de matarlas… ni con magia negra las acabás, ¿lo sabías? – levantó la vista un segundo para fijarse en Shining Armor, que tenía la cabeza en cualquier otro tema – Hay unos licores que puede compartir con la doña, pero cuidado con pasarse. Creo que con el fermento que tienen, ya con el olor quedás dado vuelta como una tortuga. El colchón de la cama principal cámbienlo, la energía negativa acumulada puede hacer que el muerto no se levante…

-¿Alguien entiende algo de lo que está diciendo? – preguntó Rainbow Dash – Parece que desvaría…

-Ejem – carraspeó Cadence – Creo que hay algo de lo que tenemos que hablar – dijo, seria, con un ceño fruncido como el que nunca se le había visto en la cara.

-¿Qué? – rezongó Sombra – No jodan, acá los hombres estamos negociando. Así que vayan a pulir el piso y lavar los platos que está todo hecho un desastre.

-¡¿PERDÓN?! –exclamaron todas a la vez.

Sombra miró pero se hizo el boludo, y caminó hasta el revoltijo que había dejado.

-Oye, - dijo Pinkie Pie – si tú eres tú, ¿quién es ese?

Sombra solamente retiró la capa y la corona, las limpió de la masa negra, y respondió, como si nada:

-Van a tener que prenderlo fuego, eso no sale con los medios convencionales.

Y sin pena ni gloria, enfiló por la calle principal, pero un campo mágico lo detuvo en su camino.

-¿A dónde crees que vas? – inquirió Cadence, y el resto en mute totalmente.

-A Queca me voy.

-¿Queca? ¿Qué es Queca' No figura en el mapa oficial... - dijo Pinkie Pie, revisando un mapa edición limitada de Equestria.

-No suena como un lugar real, así que explícate. - exigió Cadence. Ya le empezaba a hartar que Sombra se hiciera el idiota.

-¡Pa' qué carajo les importa!

Sombra intentó atravesar la barrera mágica pero Twilight decidió ayudar con la retención.

-HEY! NO HOODA! – Sombra se dio la vuelta y encaró a Cadence– YA TE DEVOLVÍ TU REINO Y NO MATÉ A NADIE. ¡No me obliguen a ponerme violento!

-Lo siento, pero tienes que rendir cuentas por lo que hiciste. - recalcó Shining, aunque se moría por fumar un pucho.

-Sí, claro, reventarme como un sapo, ¿Se creen que no me enteré? La que me caga una vez, no me caga dos.

-Pero qué mal vocabulario… - chilló Rarity.

-Pero, si esto queda así, no habré pasado bien mi prueba. ¿Qué le diré a la princesa Celestia? – se alarmó Twilight.

-De mi parte, que se vaya a la c***** de su hermana. – dijo Sombra, recalcando la palabra con c.

Las que entendieron la denotación de la palabra, llámese Twilight, Cadence, Shining creo que también, Rarity, Applejack, y después creo que nadie más, pusieron una cara como de masacre. Las caras de WTF de los ponis de cristal aumentaban como el precio de la nafta. ¿Cómo era posible tal cambio? Si ése era el verdadero rey, lo que menos estaría haciendo era parlotear estupideces de esa forma, directamente no hablaría: iría al grano. O bien ya la magia negra le había trastocado del todo el cerebro.

-Qué extraño… ¿Por qué la princesa Celestia se metería en una ostra que le pertenece a la princesa Luna? - Pinkie ignoraba por completo lo que significaba el insulto. Sólo podía venir de ella.

-Mejor cállate, Pinkie – la instó Rainbow Dash poniéndole un casco en la boca.

Sombra se soltó de la magia de la princesa del amor y la lamebotas de Celestia y se teletransportó detras de ellos.

-Déjenme en paz, ya me redimí, soy un chico bueno…. ¡PASÉ MIL AÑOS EN EL PUTO HIELO Y TENGO LOS COJONES CONGELADOS! ¿Se creen que es fácil administrar un reino de ponis quejumbrosos e inútiles? ¡Pues nou! ¡De chico me zurraban, de grande me obligaron a ser algo que realmente no me interesaba, después me encierran en el freezer! ¿Tanto quieren este estúpido imperio? ¡Se los regalo con moño y todo!

Dicho esto, Sombra pegó en el corazón de cristal un moño de esos que vienen con los papeles de regalos, y se volvió a teletransportar a donde estaba inicialmente. Lo extraño era que el Corazón de cristal no le hizo el más mínimo rasguño, dejando a todos estupefactos.

-Oye, según el cómic oficial "Fiendship is Magic", el corazón de cristal debería destruirte al menor contacto porque supuestamente... - empezó Spike.

-¡Me cago en el cómic oficial! Lo único que escriben esos tipos es basura. - replicó Sombra, quitándole a Spike el cómic y enrollándolo y golpeandole la cabezota al dragón - Y encima no sirve ni para limpiarse el culo, porque es papel plastificado, ¡y eso no saca, desparrama!

-Dweaaa, gracias por el dato... - chilló Rainbow, a la par que todos hacían cara de asco.

-Cálmate, viejo, todo puede arreglarse…- se interpuso Shining. Estaba interesado en conseguir un cigarrillo, y fumarlo afuera, lejos de Cadence.

-¡Shining! ¿Qué haces? – preguntó Cadence. Si bien su marido se ponía de su lado en la mayoría de las cosas, salvo con el tema de tener un bebé, justo éste era el peor momento para que se le diera por pensar por sí mismo.

-Bueno, en parte tiene razón…. – respondió Shining, sobándose el cuello y mirando para otro lado. Ya sabía que ese sacrificio le traería problemas en la cama.

-¡Qué dices? ¡Se supone que me tienes que apoyar a mí, que soy tu esposa!

Sombra abrió los ojos como platos indios.

-¿Te casaste con ésta? – señaló a la alicornio rosa como si fuera bosta. Ya la sobrina de Trolestia sentía hervir la sangre en sus venas de pan.

-Eh… sí, ¿por qué? – Shining lo miró extrañado. Estaba lejos de entender el "matrimonio" como el otro negro lo entendía. Y menos con una princesa alicornio.

Sombra meneó la cabeza, como si estuviera ante un caso perdido.

-Mis condolencias… - dijo, con un extraño tono sereno, con un casco en el pecho y luego palmeando al capitán en el hombro.

-¡NO TE QUIERAS PASAR DE LISTO PORQUE TE VOY A RAJAR/&%$#&%$%$%$%%%$%! -a este punto la alicornio rosa espumaba por la boca y las orejas como perro con rabia, pero en un movimiento instintivo Shining la retuvo.

-Oye! ¿Qué quieres decir? ¡Cadence es la mejor cuñada que he conocido! – refunfuñó Twilight.

-Yo no me hubiera casado con una princesa, pero bueno, cada uno decide su destino…. Bueno, si ya terminaron de regañarme, me voy.

-¿Y a dónde irás? - preguntó Spike ingenuamente, sabiendo de forma inconsciente que el ex-villano respondería con una guarangada.

-A Alami… - respondió Sombra, mientras se iba, lo más campante.

-¿Alami? ¿Y en dónde queda eso? – preguntó Pinkie Pie apareciéndose delante de Sombra de súbito. Éste saltó por el cagazo repentino, aunque no muy alto por la cantidad de cosas que llevaba encima.

-A LA MIERDA ME VOY! – gritó el unicornio gris, rodeando a Pinkie y caminando más rápido. Ya se le empezaban a saltar los fusibles a él también. El otro mamerto debía estar caminando por las paredes porque no venía.

-¡Hey, gruñón, no tienes que contestarle así! – gritó Rainbow Dash, y salió volando para taclearlo, pero la interceptó un campo de fuerza, y quedó aplastada en una barrera mágica roja.

-Escúchenme bien, ya les dejé todo servido, ¿qué más quieren? – y de ahí, empezó a enumerar – Estoy cansado, reumático, casi fosilizado, me pasé una vida amarga, quiero distenderme, revisarme la próstata, hacerme análisis de diabetes, ir a divertirme y olvidarme de que pasé mil años de mierda. ¿¡ES TANTO PEDIR QUE ME DEJEN VIVIR MI VIDA!? Me metí en política, y así terminé también….

Todos se miraron entre sí y deliberaron un poco.

-Vamos a dejarte ir con una sola condición… - dijo Cadence, una vez que todo se acomodó.

-Sí, ya sé, que no me atreva a sacarle un reino a la madrastra más vieja de todas… ya me sé el cuento de la negra con la crin de la noche…

-¡La cagaste, Negro!.

Y de un techo salió Juan Seco, comiendo una mazorca de cristal de las que venden en la feria.

-No sé qué hacen todos acá reunidos. ¿Hay una asamblea comunista? ¡Yo me anoto!... Ah, por cierto boludo, hace media hora que te estoy esperando pa' rajarnos de acá, ¿qué hacés hueveando ahí?

-¡Ya voy, Jaime, no rompas! Y te callás, porque pudiste venir a ayudarme y te quedaste haciendo no sé qué mierda. – le habló Sombra.

-Entonces mové el culo senil y vámonos ya de acá.

-Yo no estoy senil, pasé mil años desterrado nomás… Y ahora pasame un choclo que vengo loco de la carretilla... -a lo que Sombra recibió un choclazo en la oreja que por poco le pasa para el otro lado.

-Sí, ajá… ¿Viste que Mirtha sigue viva? Capaz y nos invita al almuerzo…. – dijo Juan Seco, bajando del techo y sumándose al gentío – Hola gente de cristal, si alguien me pasa algo de whisky no me ofendo…

-Esto no me gusta… - dijo Spike.

-¡¿Y éste idiota quién es?! - vociferó Cadence. Ya estaba hasta los ovarios con Sombra, y lo único que le faltaba era otro estúpido a quien aguantar.

Jejeje. ¿Cómo seguirá ahora la historia? ¿Le reventará la cabeza a Cadence? ¿Shining conseguirá fumar un cigarro? ¿Serían tan amables de dejar por lo menos una review?

Chao!

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