Wiki Mi Pequeño Pony: Fan Labor
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Este fanfic es la secuela de Inesperada aparición, y el segundo capítulo de Digression.

Conocidos...
Pertenece a: Trapezium
Clasificacion Para todo público
Género Misterio
Estado Reescrito
Ambientada en Ponyville, Equestria
Cronología
Inesperada aparición Conocidos... -----

Sinopsis[]

Entre un ensueño de abismo e incertidumbre, Burning ahora vuelve de la inconsciencia para hallarse a sí misma en un cambio de ambiente radical para respecto del que había vivido primeramente; luego de regresar en sí en el hospital de Ponyville, el nuevo responsable de su recuperación y tratamiento le lleva a una inexorable chispa en su memoria.

Relato[]

De por sí ya se sobreponía un ambiente de ensueño sobre el implicado entorno; sensaciones sobreponiéndose unas contra otras.

-¿Desde cuándo que estoy así?- meditó Burning cubierta de una densa bruma que, chistosamente, de un momento a otro se había vuelto algo fuera de sorpresa para sus ojos.

Siguió, como si hubiese sido costumbre, atravesando la niebla una vez se volvió a parar en sus cuatro cascos, de súbito hallándose ahora ante un fondo más claro, donde repentinamente su madre aparecía. "Iré al baño a bañarme" fue el mensaje de su voz. Por su parte, Burning solo continuó por el sitio en cuestión, con todo aquello pareciendo tan ridículamente normal de la nada.

-¡Burning!- se escuchó ahora justo a su lado, sin impresionarse ni fastidiarse, sino que solo bajando su cabeza para mirar a Mysty. Se encontraban ahora las dos en un mismo salón de clases, como si hubiesen sido compañeras de aula, a pesar de la diferencia en sus edades.

-¿De niña eras mucho más fuerte eh? ¿Cómo van tus episodios de superfuerza?- agregó la pequeña en un tono pícaro no siempre característico de ella, siendo aquellas palabras salvadas de la irracionalidad absoluta tan solo gracias al ambiente en el que Burning se hallaba sumida.

-¿Cuánto tiempo llevo así?- se preguntó sin salirse de la mente Burning, comenzando a recuperar sus facetas representativas.

-Pero si estás bien. Tú eres naturalmente flaca- dijo una voz masculina y de edad considerable en tono desesperanzadoramente agradable.

-¡No!- exclamó de forma cortante una voz más joven a sus espaldas, y al siguiente segundo, una fuerza inexplicable le tiró de los cascos traseros para luego no parar, como si le hubiesen estado succionando.

Repentinamente se hallaba agarrada de un grueso metal que sobresalía de la pared en forma de corchete, no obstante, aún sintiendo sus extremidades perfectamente capaces, era como si ellas simplemente no le dejarían aprovecharlas, como si hubiera estado dejándose succionar. Desesperada y pensando en solo actuar, no entendía cómo sintiéndose capaz de generar mucha más resistencia no era posible para sus músculos aprovecharse a sí mismos. Sabía que podía ejercer mucha más fuerza, pero sus músculos no le obedecían.

El responsable de aquella bujería no podía localizarlo por más que tratase, y si se volteaba lo más posible, a lo sumo veía unos cascos blancos a sus espaldas.

[...]

De imprevisto, y con un leve sobresalto, otro sordo ambiente se superpuso al de aquella pesadilla, haciéndolo, irónicamente, de forma gradual, como si se hubiese tratado de una limpieza de oídos. Con torpeza empezaban a recobrarse sus sentidos, y voces todavía ininteligibles se escuchaban a ratos ahora.

Justo al instante de su nuevo vincularse con el despertar, tal como en la vez anterior, había emitido con su boca cerrada y sus ojos entreabiertos un atontado quejido que se escuchó en el lugar poco claro donde se hallaba ahora, aunque lo hizo a penas.

Entretanto se adaptaban sus ojos a los haces de luz mañanera, quiso mover su boca un tanto para suspirar, no obstante de inmediato se percató de que llevaba una venda de yeso sobre su mandíbula y rodeándole su cabeza. Recordó entonces ella vagamente aquel enfrentamiento con la poni terrestre blanca en MacHearts. Había perdido la noción del tiempo, por lo que con suerte podía deducir que era de mañana.

-¿Me rompió la mandíbula también? Ya no recuerdo- pensó Burning, recordando luego el golpe que recibió justo después de girarse para ver a aquella asaltante.

Una seguidilla de realizaciones continuó, es decir, luego de aquello se percató de las vendas sobre sus dos cascos delanteros, y levantando torpemente las sábanas que le cubrían con su magia, por último vio una venda cubriendo casi todo su casco trasero derecho. Finalmente, tomando plena consciencia del gran grado de daño en su cuerpo, llegó a la realización final: estaba en el hospital.

El gran impacto le hizo, luego de aquello, divisar al instante a sus padres y su hermana sentados en un sillón - cama apegado a una esquina de la sala, la que era de un tamaño considerable. Sintió un invaluable alivio una vez se dio cuenta de su presencia, pero también preocupación por el estado en el que se habrían de hallar.

Tratando nuevamente de conciliar el sueño incómodamente, Stone Refiner no pudo evitar volver a abrir los ojos, pero luego aquello lo agradecería pues, ahora veía que Burning estaba despierta, y con un rostro de confundida intranquilidad sobre su semblante. Como padre que era, al instante se puso para saludarla y aclararle todo.

-Qué bueno que despertaste hija...- decía él mientras ella le correspondía un abrazo de reencuentro con algunas suaves y tiernas risas.

-¿No te sientes mal ahora? ¿No te duele mucho la cabeza? ¿Alguna otra parte del cuerpo?- preguntaba con una preocupación muy fraternal Stone, mientras su hija solo hacía gestos de negación con la cabeza y unos murmullos desde sus cuerdas vocales, agregando un pequeño tiempo de meditación antes de hacer cada uno de los gestos.

-Perdóname si parezco exagerado, pero esos golpes que recibiste no fueron cosa simple en realidad, Burning. Ya nos estaban haciendo pensar incluso que ibas a estar mucho así- agregó Stone entre un largo suspiro a la vez que abrazaba nuevamente a Burning, mientras ella, sorprendentemente, le volvía a corresponder sin dificultad, a pesar del estado de su cuerpo.

-Y Papá ¿Cómo está Mystery?- consultó Burning, alejándose de Stone nuevamente, y de regreso a la súbita preocupación, no obstante, preservando un tono suave en la voz.

-Gracias a lo que hiciste, Mystery está bien. No le pasó nada. Quedó muy impactada, pero en eso la ayudaremos- agregó viéndola directo a los ojos, en un tono sereno, pero siendo aquello también, una felicitación y un reproche a la vez.

-Voy a traer al doctor ahora, para avisarle que ya estás despierta- añadió antes de partir hacia la puerta Stone, sin embargo, ambos no esperaron que antes de llegar a ella unos golpes se escucharan. De inmediato, con gran enfoque atendió al llamado Stone. De igual manera, el llamado a la puerta resultó en el despertar de Dawn y Mysty.

-Hola, buenos días señor ¿Cómo están?- agregó inicialmente el doctor en la puerta en tono moderadamente alegre y levemente ascendente. Era alguien que a simple vista aparentaba no tener más de treinta años de edad.

-Buenas, bien. Nuestra hija acaba de despertar... por cierto- respondió Stone luego de estrechar los cascos con el recién llegado, quien era ahora otro doctor, y no aquel que primeramente les había atendido. Por otro lado, al escuchar aquella noticia, el nuevo doctor abrió los ojos un tanto más, sabiendo que aquello era un excelente signo.

-Con permiso, y disculpen si les sorprende esto. Me llamo Density Presence. y lo que pasa es que ahora me dejaron el caso a mí, pues al doctor Tender Ambiece le encargaron otro caso-

A continuación, con toda cortesía el doctor pasó a saludarse con Dawn, Mysty, y por último Burning, a quien observó por un tiempo ligeramente mayor en comparación al resto de todos los que estaban ahí, acto que, luego de ser reflexionado por ella, vio la unicornio que lo había correspondido de la misma manera, curiosamente, y sin saber en realidad por qué.

-Ahora sí, yendo al grano, yo soy el tecnólogo que le hizo casi todos los exámenes a su hija, pero eso sí, aún falta que registren algunos de ellos- prosiguió el médico, ahora haciéndolo con una voz más firme e inspiradora de confianza.

-¿Y cómo están sus exámenes doctor? Si se puede saber- preguntó con algo de agobio en su tono la madre de Burning justo luego de la línea del médico.

-No, sus exámenes... de hecho están muy normales; sus fracturas quedaron bien puestas, pero lo que preocupa es cómo llegó a esto... incluso sospechamos que pueda tener alguna enfermedad no documentada aún. También después debemos ver si requerirá algún tipo de suplemento- dijo esta vez el médico Density mientras volvía progresivamente a sonar un tanto preocupado. Por su parte, Burning mantenía su mirada perdida sobre el extremo de la cama, y ocasionalmente mirando al doctor y los demás en la habitación.

-¿Enfermedad no documentada eh? ¿Síndrome de degeneración conjuntivo - mágica? Ugh vamos... no he de asumir tan rápido- pensaba un tanto sarcástica Burning mientras prestaba atención a los dichos del médico, embozando una leve sonrisa estando cabizbaja.

-Aquí están todos los esenciales, para que los tengan y los conserven en cualquier caso- agregó el poni dándole posesión de unos documentos a Stone con su magia, entregando luego algunas explicaciones de modo que él las entendiera, cargando todo aquello, en sí, nada grave.

-Aquella explosión mágica que me pareció escuchar justo cuando me golpeó en la cabeza... debe haber sido Mysty...- pensaba Burning, mirando de nuevo a su hermana y luego volviendo a las sábanas, entretanto el doctor conversaba ahora con los demás sobre su caso, recobrando con cada pensamiento un grado más de frescura en su memoria. Ni siquiera sentía su quijada rota, y creía ser totalmente capaz de moverla para hablar, pues ya la había movido bastante por debajo del yeso hasta ese instante.

-Si es así como su hija menor dice, los huesos tienen que estar muy débiles para que suceda-

-Y otra cosa muy importante; ella de niña era muy fuerte físicamente, pero esto apareció, y se nos fue escapando de los cascos hasta... hasta esto- agregó con determinación Stone, haciendo gestos de auto-condenación y hartazgo hacía sí mismo a la vez.

Ahora sus oídos, de un momento a otro, regresaban a la conversación de su familia con el doctor. Se le escuchaba para ese punto al médico ya un tanto desconcertado, luego de haber escuchado con toda serenidad la siguiente parte de dicha larga cuestión.

-Deberían haberla pasado a investigaciones mayores esos médicos- se le escuchó decir a él consiguiente a los pensamientos de Burning. Aquello ella también lo había sospechado, en ocasiones, con una paranoia más allá de lo que era costumbre, pero para esas instancias en las que fue llevada a los servicios médicos de Ponyville, las responsabilidades externas le abrumaban a ella y su familia de forma incomparable.

-Es más doctor, y ahora que recuerdo, de parte de mí familia, mi abuela murió por algo similar a lo que le ha estado pasando a mi hija desde que vivimos aquí- añadió al tema Dawn, demostrando con su tono la gran confianza que inesperadamente le había inspirado el joven médico, no obstante, al mismo tiempo restregando internamente sobre su cara el hecho de que su torpeza había sido suficiente como para haber dejado eso sin mencionar en el momento más significativo para decirlo.

-¿Y cuánto tiempo llevan viviendo ustedes en Ponyville?- preguntó a toda la familia con seriedad el doctor después de haberse quedado pensativo por un rato, y a la vez acercándose ahora hacia la derecha de Burning.

-Cinco años ya más o menos- contestó con una leve duda Dawn al hacer el cálculo pertinente, y acompañando la respuesta con un gesto característico de la expresión con la cual complementaba.

-¿Y su hija cómo se siente ahora? Si me permiten preguntarle directamente-

-Ella me dijo que no tiene molestias, al menos estando quieta- respondió Stone mostrando más confianza, al igual que su esposa.

-¿Tienes alguna molestia prominente ahora? Solo dime con la cabeza. No se te puede quitar la venda a menos que ya no muestres necesidad de tenerla- agregó de manera afable, y riéndose un tanto de la obviedad en sus palabras el doctor luego de ubicarse al costado de Burning, quien le hizo un gesto tranquilo de negación para responder la pregunta.

Preguntó el doctor con el mismo aire sobre dolores en la mandíbula, a lo cual Burning contestó con un gesto idéntico, y fue aún más pronunciada su decisión al indicar que ni siquiera le dolía moviéndola por debajo de la venda una vez el médico le preguntó por aquello también. Finalizadas todas las preguntas, el médico, algo tomado por sorpresa, si es que no bastante, le quito la venda con cuidado para devolverle la movilidad en su boca. Solo permanecía un moretón esperado en su piel, y todo indicaba que, a pesar del gran relato sobre las deficiencias en su contextura, y que además esto había sido una fractura moderada, su mandíbula había prácticamente sanado en menos de veinticuatro horas.

-Tal vez solo sea en huesos específicos, pero... la rareza de esto es... inconcebible...- dijo pensando Density, con la cabeza repentinamente empezando a darle interminables vueltas, sintiendo aquella nueva realización como algo contraintuitivo e impensado a lo sumo. Si bien él no era un traumatólogo, tenía claro como el agua que la rapidez de la regeneración osea nunca llegaba a ser tal, independiente del tipo de lesión en cuestión.

-¿Te duele al presionar los dientes? Trata de hacerlo con cuidado- sugirió Density con fraternidad a Burning, quien accedió con tranquilidad, y acatando de la forma en que él dijo. Encontró inmediatamente que, solo al presionar demasiado comenzaba el dolor en su lado derecho.

-¿Entonces significa que ella puede comer normal?- preguntó con sigilosas ansias de saber aquello Dawn. Density contestó de inmediato, aunque ahora se le notaba un tanto desorientado.

-Claro que sí. Ella dice que solo le duele al presionar demasiado, no veo ahora ningún relieve anormal en su quijada, y tampoco tiene la cara dormida... así que sí, puede comer hasta cosas relativamente duras como manzanas o nueces- respondió con relativa seguridad Density, aún con algo matándolo por dentro.

-Aún así, mejor tomen sus precauciones, porque... no han pasado ni veinticuatro horas aún desde el incidente- advirtió en seguida Density a la familia, mientras por otro lado, con dichas precauciones sugeridas, Burning de golpe le volvía a tomar el peso a la noción del tiempo, entendiendo ahora, plenamente, la ridículamente alta capacidad de regeneración de sus huesos. Y claro, vino en seguida a su mente también que, al nunca en su vida haber tenido fracturas, nunca había llegado a comprobar aquel rasgo de su cuerpo en cuestión. De todas formas, al instante bajó sus propios humos, pues no pretendía entusiasmarse por adelantado.

-Y... perdónenme enormemente por preguntar esto, pero respecto a su hija... ¿Nosotros de gran casualidad... nos hemos visto antes?- añadió el médico, con cierta vergûenza de sí mismo, por aquello que ya le estaba mareando en el interior, volteando su mirada hacia una extrañada, pero todavía seria Burning al momento de finalizar su línea con la pregunta.

-Yo, en verdad... me pregunto lo mismo desde que lo miré a usted- respondió en aire de sorpresa y encuentro "milagroso" Burning, acompañando con ello un gesto de mayor apertura en sus ojos, a la vez que levantaba la cabeza para acabar ambos viéndose directo a los ojos. Ahora que tenía la influencia de su interlocutor, juraba con mayor fuerza haber visto su cara en tiempos pasados.

-Vaya... coincidencia ¿En serio? Eso llama aún más la atención- contestó Density, con ojos impresionados, ante la reacción de Burning, quitando la mirada de la suya por un instante, para luego volver a ella.

-¿Ellos... se conocen, mamá?- preguntó con angelical curiosidad Mystery, entretanto la madre esperaba que alguien más saltara al asunto para preguntar.

-Si se puede saber: ¿Cuál es su lugar natal, doctor?- preguntó Burning rascándose un poco la cabeza con su casco izquierdo, un tanto tímida, antes que Dawn pudiera agregar algo.

-Yo vengo de un pueblito que estaba cerca del cañon, y no sé si ustedes sepan, que se destruyó como hace... cinco, o seis años. "Villamante"; así se llamaba-

Tan pronto como entendió ese dato, Burning sintió un callado entusiasmo "helado" explotar adentro, siendo tanto así que, por mucho que lo trató de disimular, Density lo notó en cierto grado de todas maneras.

-Nosotros... ¡También somos de Villamante!- añadió Burning con un aumento gradual en la amplitud de su voz.

-Eeehh... ¡Sí! ¡Nosotros venimos de allá!- dijo Dawn secundando la afirmación y la disimulada simpatía de su hija al notarla tan involucrada con el joven médico.

Repentinamente, nuevos golpes sonaron desde la puerta antes que la enérgica plática llegara al pretendido desenlace; una petición de permiso tenue se escuchó inmediatamente después, pasando luego un supuesto nuevo conocido.

-Con permiso, disculpen interrumpirlos- dijo la unicornio entrando al cuarto. Se trataba de una poni violeta de melena color cían y ojos melocotón; de por sí ya se le notaba una mirada un tanto extraña en el semblante, por no decir sospechosa. El motivo de su visita fue incierto desde que la familia vio quién era.

-¡Es usted, profesora! ¡Qué sorpresa!- dijo verdaderamente confundida Dawn al ver que se trataba de una de las profesoras de magia que había tenido Burning, y al igual que Dawn, la última y el resto del grupo no podían estar más extrañados.

-¿La profesora... Mist? ¿Por qué?- preguntaba para sí misma Burning con la mente al revés, cuando ya sería su turno de saludarla.

-Heh... qué simpático ¿No? Somos todos... unicornios aquí- comentó el doctor Density entre pequeñas risas, mientras entre los adultos ya se daba inicio a la charla típica producto de lo imprevisto de aquella visita.

-Esos exámenes tienen que estar listos dentro de poco. Este es, hasta ahora, uno de los casos más raro que he visto- mencionó en su pensamiento Density, recobrando inesperadamente su seriedad, y cruzando miradas una vez más con Burning, como si entre ambos ya pudieran comunicarse la rareza de la situación.

La televisión ahora estaba encendida, y mostraba un canal de noticiero; quien sostenía el control era Mysty desde el sillón.

-Habiendo tantos otros ponis en ese momento y ese lugar... ¿Por qué justamente a nosotras nos persiguió?- meditó Burning algo alterada una vez recordó nuevamente el incidente al observar el televisor.

-¿Mera coincidencia? Eso... ya no parece tan probable, y el doctor... el debe ser el chico que ayudé en la escuela esa vez... -

-¿Cómo gira el mundo, no? Ella realmente parece que es la pequeña poni que me llevó a la enfermería esa vez que rodé dos escaleras hasta abajo- pensaba entre un calladamente entusiasmado humor Density mientras volvía con mayor determinación a su labor por lo mismo.

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